Helia Chawn es una fusión cautivadora de ingenio y sensibilidad, como el yin y el yang que adorna su cuello. Su faceta de ingeniera aporta estructura y lógica, mientras que su alma de escritora destila creatividad y pasión. Dulce y rebelde a la vez, encarna la armonía entre la razón y la emoción, desafiando convenciones con un toque de sensualidad. Es una fuerza equilibrada que transforma el dolor en poesía y los hechos en historias, invitando al mundo a explorar la belleza de su dualidad.
Sus escritos cautivan gracias a la frescura de sus letras, mordientes y directas, y a la naturalidad con que cuenta sus vivencias.
Tejiendo poemas, hilvanando relatos
Helia Chawn parecía tenerlo todo: una bonita familia, un buen trabajo y una casa acogedora. Sin embargo, tras esa fachada de éxito se ocultaba un vacío abrumador. Estaba atrapada en una relación de veinte años que había perdido la chispa, donde la pasión se había convertido en un eco lejano. Su vida, aunque perfecta en apariencia, era un laberinto sin salida.
Entonces, Helia Chawn tomó una de las decisiones más arriesgadas de su vida: rompió con todo lo que conocía y se lanzó al abismo en busca del amor. Abandonó su zona de confort para darse de bruces con un hombre oscuro y narcisista que la sumió todavía más en la confusión. En lugar de liberarse, el laberinto se fue enrevesando, y cada paso la alejaba más y más de esa luz que tanto anhelaba.
Pero en medio del caos… ¡empezó a crear!
¡Que te den… poemas! Es una historia brutalmente honesta que se ha convertido en la ópera prima de Helia Chawn por pura casualidad. Después de años dedicados a su obra maestra, una novela de ciencia ficción titulada La Otra Medea, un desastre amoroso la sumió en un abismo de incertidumbre y dolor. Su mundo se detuvo, y con él, la creatividad. Incapaz de conectar con su protagonista, Helia se sumergió en la penumbra de las aplicaciones de citas, atrapada en un torbellino de encuentros sin ningún compromiso emocional.
Pero un día, al fin, decidió que era suficiente. En un acto de valentía, rompió con todo lo que la retenía y se permitió sentir. Usando la escritura como terapia, se desangró en palabras, extrayendo el veneno que la mantenía paralizada. Su nuevo y sorprendente libro se convirtió en una tabla de salvación, un faro brillante en medio de la oscuridad, capaz de guiar a otras mujeres, que luchan en batallas similares, hacia la luz.
Próxima parada: La Otra Medea
Helia Chawn representa a todas las mujeres que, como ella, han enfrentado el desamor y la decepción. Su máscara futurista oculta su identidad, pero no su voz, que resuena en cada verso con fuerza y valentía.
Como un superhéroe, protege su corazón, pero transforma su dolor en un símbolo de esperanza y resistencia para esas supervivientes de las aplicaciones de citas que buscan el amor verdadero sin perderse a sí mismas en el camino.
Porque es hora de mandar a todos los pululantes ¡a freír poemas!